sábado, 28 de abril de 2012

Voodoo Suite

¡Tremeye!



Hagamos un alto en nuestra antología del pregón para que me compren la Suite del Vudú de un madurito y dulcísimo Dámaso Pérez Prado.

     Hay muchos elementos increíbles en esta obra, uno de los cuales es el hecho o la leyenda de que fuera compuesta por el propio Cara de Foca en apenas unas horas.

     En abril de 1954, aunque todavía no ha llegado al número 1 de las listas (lo hará al año siguiente con su versión de "Cherry Pink and Apple Blossom White")—, Pérez Prado disfruta ya de un rotundo éxito en México y los Estados Unidos, gracias a "Mambo N. 5" en 1949, a la tremenda popularidad de la versión que Sonny Burke ha hecho de su "Qué rico el mambo" rebautizada  como "Mambo Jambo" en 1950, a su triunfal gira estadounidense de 1951...

     Un día de ese mes del año mencionado, sus agentes en RCA Víctor le dan una idea: que en algún momento Prado haga "una obra orquestal que plasme el matrimonio de los ritmos primitivos con el jazz americano"... ¡No saben lo que han dicho! En menos de 24 horas Pérez Prado ya la ha escrito y se encuentra grabándola al frente de una orquesta que entre sus veintidós músicos incluye al trompetista Shorty Rogers (que  había estado con Stan Kenton), a varios músicos de jazz de la costa oeste, y un juego completo de congueros, bongoseros, y demás tamborileros para traer ese elemento cubano que tanto nos gusta.

     El entusiasmo de Pérez Prado por el proyecto es fácil de entender: en su Cuba natal ya había destacado por ese gusto por el jazz que lo llevaría a su tipo de mambo, de hecho hay quien dice que su estilo musical ya de entonces es un antecedente del be-bop (volvamos a la gran verdad de Mario Bauzá: "los cubanos vinimos aquí y cambiamos vuestra música americana de arriba a abajo... ¡y nadie habla de esto!").

    El 8 de abril el Maestro, los suyos, y sus invitados, están en Hollywood grabando esta partitura que requería cuatro saxofones, seis trompetas, tres trombones, una trompa, un bajo y siete percusionistas. Una gran anécdota del ambiente que se respiró en aquella grabación la da el trombonista Milt Bernhart:

"Uno de los movimientos [de la suite] incluía una supuesta pelea callejera en La Habana. El conguero Carlos Vidal y otro percusionista cubano iban a interpretar los papeles de los dos participantes en esa reyerta. Tras ensayar la música una o dos veces, uno de ellos decidió meterse bien en el espíritu del tema y se desnudó, quedándose en calzones.
Bien, empezamos a grabarla. En medio de sus cantos y sus aullidos, se olvidan de dónde están y empiezan a forcejear en serio. Están bien locos y están luchando. La mitad de la banda se viene totalmente abajo. La "toma" se paró en seco y yo caí al suelo partiéndome de risa. Prado parecía ofendido por nuestra risa y nos miraba a mí y a Maynard Ferguson, que estábamos histéricos. Fue un problema enorme seguir tocando, lo que lo hizo aún más divertido.
     El trombonista a mi lado, un miembro de la orquesta habitual de Prado, seguía sentado mirando al frente, bien porque no le veía la gracia, bien por miedo a la ira de Prado. De hecho estaba visiblemente conmocionado y después oí que Prado lo despidió. ¡Yo me reí y Prado despidió a quien intentaba hacer su trabajo! Me siento mal... por otra parte, quizás el chico consiguió cosas mejores. Se llamaba Dave Sanchez y creo que ahora es un reputado músico latino en Nueva York. Así que le hice un favor... o eso es lo que me digo a mí mismo".


La música de Voodo Suite tiene un tanto de teatro, de falsedad y de trivialización del vudú, como apreciarán en el video. Con todo, es una de nuestras piezas favoritas de Cara de Foca, y eso es mucho decir en un señor a quien consideramos nuestro Padre.
     Juzguen ustedes, aunque para ello debieran escuchar la versión el disco, un tour de force de casi 30 minutos, pero entretanto bailen como congueros posesos esta versión acortada para la película americana Cha Cha Boom, de 1956:




"Tremeye" es uno de los tres gritos básicos de Cara de Foca, y significa "¡Dámelo!". Los otros, gritémoslos a coro, son


"¡DILO!"


y, cómo no,


"UGH!!",
 o dicho de otra forma,


¡AAAAAAAAAAAAAAH!

3 comentarios:

  1. Un Fénix,el magister Cara de Foca,un elegido,sin duda.Por cierto,gran verdá la afirmación de Mario Bauzá: de arriba abajo,en efecto.El jazz,incluso el ragtime,es de origen caribeño.Ahí es donde hay que buscar.

    Salud y UGH!!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. Bueno, Nueva Orleans está en el Caribe : )
    Pero en serio, el tráfico entre esta y la Habana es constante, son ciudades hermanas en una época. El elemento latino y criollo (francés y español) es parte ineludible del nacimiento del jazz, por supuesto. Lo explica muy bien (un poco confusamente, pero de primera mano) el gran Jelly Roll Morton en uno de los mejores libros de música que he leído y leeré, "Mr. Jelly Roll".
    Pero incluso antes del jazz entra la influencia caribeña: el mismo Louis Moreau Gottschalk empezó a usar ritmos latinos y caribeños. Y ahí está "Bamboula", por cierto, que es un tambor del Congo. Que esa es otra: el componente africano es muy similar en Cuba y Nueva Orleans, predominando el Congo. Mismas religiones y pueblos, el carnaval... ¡Todo es uno, amigo! Parafraseando al Pájaro Parker, la música no conoce frontera ninguna.

    ResponderEliminar
  3. Y por cierto, en efecto, sin duda, un Fénix de los Ingenios, el señor Pérez Prado. Dámaso, que no Pantaleón (que también, pero esa es otra).

    Salud y ¡HUH!

    ResponderEliminar